15 de junio de 2008

Hasta pronto con el corazón, MI ALBERTITO

Ahora estás llegando a España después de más de año y medio de sueño asiático. Solamente tú y yo sabemos cuántas conversaciones, cuántos momentos inolvidables de pinpon, de confesiones, de paisajes, de juerguecillas, de despedidas hemos pasado juntos....... hasta que ha llegado la tuya. Al abuelo le has dejado huella, le has dado el hermano pequeño que nunca tuve, le has hecho revivir el vacío afectivo que se siente solo raramente en este tipo de vida de cooperante porque tienes que hacerte de hormigón para acostumbrarte a las separaciones, a la distancia. No sé realmente cómo será Vietnam sin tí, sin nuestro pinpon con happy end en el bia hoi pijo, cómo serán mis fines de semana sin poderte llamar, quién me llamará abuelo con el cariño que tú me llamabas, ...... pero sé que he ganado un hermano pequeño, con el que he disfrutado y me "hermanado" (en el amplio sentido de la palabra), no he perdido un amigo. Nunca sabemos qué nos depara el futuro en este tipo de vida, pero espero que no seas un güevón, me lo has prometido. No espero nada de ti, ya sabes que me lo explicó Irene, pero sabes que me tendrás allá dónde esté, como ese abuelo con el que puedes contar para lo que quieras.
Solo me queda desearte lo mejor, que le eches valor a lo que merece la pena, y DARTE LAS GRACIAS POR DEJAR QUE FUERAS MI HERMANO PEQUEÑO. Hasta pronto.




























































Seción mi vida en Hoa Binh (2): la cantina del Sr. Duc

En el edificio donde trabajo existe una "cantina vietnamita" regentada por un guarda forestal asignado al servicio "cantina", el señor Duc, un auténtico figura. Pues bien, la cantina del señor Duc se ha convertido en el lujurioso punto de avituallamiento (cacahuetes) e hidratación (cervezas) después de las duras jornadas ciclistas a las que nos sometemos la Ramona y yo. La verdad es que ya tenemos una larga historia de casi un año. Es imprescindible ir a la cantina porque en la esquina de al lado tenemos los "boxes" para reparar cualquier desperfecto de la Ramona, y mi jefe de ingenieros completa su salario como "ayudante" de la cantina de Duc.

En esta particular cantina se puede saborear el anodino y tranquilo paso de las mañanas y las tardes en Hoa Binh, o el calmado disfrute de un vaso de té (ahora con hielo). Tiene todo lo que se espera de una buena cantina vietnamita. Cerveza caldorra, Nest bird (una especia de "red bull" hecho a partir de nidos de golondrinas), "lao" (una especie de tubo de bambú que sirve de gran pipa de tabaco), mucho té, horchata de maíz, cacahuetes, pipas y un sinfín de productos y bebidas que hacen de este lugar un sitio de gran oferta.
Yo ya me he convertido en la nota exótica de la cantina, "el guiri San" me llaman los fijos del "establecimiento". Pero además de la nota exótica, el guiri San se ha hecho el jefe diurno de la cantina. Dado que a veces no me entienden lo que quiero (para que veais mi casi inexistente conocimiento del vietnamita), tengo todo el derecho de self service en la cantina, por lo que me dejan servirme libremente, y me tomo todas las libertades del mundo para "despacharme a gusto". El grado de self service llega a tal punto, que me pongo a veces hasta mis propios precios, siempre 1.000 VND más barato que el PVP, a lo cual Duc nunca responde con una mala cara, sino con una pícara sonrisa de medio extrañeza y aceptación. Y es que a veces le pago en función de lo que me da la gana, ya que él también intentaba cobrarme más caro cuando llegué a Hoa Binh, por lo que le dije que como represalía siempre le pagaría lo que quisiera, como protesta. Y la verdad que el hombre lo lleva con bastante humor.
La verdad es que este sitio se ha convertido en un lugar para hacer un descanso en mis jornadas de trabajo y tomarme una coca cola (4.000* dongs tercio de 330 cl) o una horchata de maíz (entre 2.000 y 3.000 según el día y si tiene hielo o no) durante el trabajo, o una cerveza (10.000 dongs tercio de 450 cl) cuando salgo de trabajar, o ser el punto de avituallamiento como os he contado después de revivir las etapas más penosas del tour o la vuelta.
¿Y por qué este sitio es lujurioso?, pues os lo contaré. A medida que la noche cae sobre la ciudad, esta calle se llena de cantinas-puestecillos "de quita y pon" como la de Duc, ponen bombillas metidas en bolsas de plástico rojo a modo de farolillos que dan un ambiente colorado y sugerente al puestecillo. Al mismo tiempo, chicas con más desparpajo de lo habitual ocupan asiento en estos puestos dispuestas a entablar "conversación" con el que quiera. Es cuando yo dejo de ser el jefe de la cantina: también la cantina del Sr. Duc (cantina del departamento de protección forestal de Hoa Binh) es iluminada por una bombilla metida en una bolsa de plástico roja.

1 euro= 26.500 dongs