31 de julio de 2006

Allá va la despedida


Me voy muy lejos de mi valle y hogar como el poeta: “ligero de equipaje”. Me traigo cosas materiales que van más allá de lo material. Dos camisetas muy especiales de diseño exclusivo, un ahuyentador de mosquitos que según quién me lo dio no sirve para mucho, un rosario de la virgen de la Yedra que me protegerá según su dueña, un cinturón muy útil y de categoría, a juego con los zapatos elegantes de mi casa, y sobre todo, una rosa de los vientos para saber volver a casa.

Pero casi todo lo que llevo conmigo, lo llevo en mi corazón: el patrimonio humano que he ido amasando durante todos estos años. Momentos entrañables y especiales que me habéis hecho vivir en los últimos meses. Como la barbacoa en la casa de “Cuéntame”, donde estrenamos el patio, las cuadras que tanto gustaron a los niños, y hasta la higuera medio seca. O la compañía siempre especial de quién cruzó un mar por debajo y tres países por arriba para estar apenas 72 horas conmigo. Conversaciones cargadas de sentimiento y aliento de gente imprescindible para mi desde el trópico utópico. Visita de amigos castellanos de pura cepa, pero con corazón ablandado por el afecto. Cenas entrañables en Piedralaves, por no hablar del desayuno en la casa con mayor encanto del pueblo. Fue un placer la comida con la familia de mi Conde, donde fui el segundo amigo en tener este honor. Imborrable recuerdo (con respeto y puntualmente) queda del fin de semana de risas en la montaña asturiana hablando de los únicos temas que existen, o la excursión por mis raíces zamoranas con mi madre, o el fin de semana con mi familia leonesa-maña o la tarde con mi casi familia vallisoletana. Maravilloso fue también el paseo siempre entrañable por el Retiro… tantos buenos momentos en tan poco tiempo.

También traigo el cuerpo impregnado de lágrimas de cariño que me habéis dejado, que me habéis dedicado y regalado.

Os quiero decir que vosotros sois mi motor, y también mi apoyo, y que una vez más en esta etapa tan inesperada, pero tan apasionante e increíble que se abre en mi vida, seréis también mi compañía.

Y ahora… a vivir juntos intensamente todo lo asiático, todo lo Oriental. Indochina y Viet nam nos esperan.

(Nota: el que está en la foto conmigo es el artista de este blog)