27 de enero de 2007

El por qué de mi ausencia

Primero de todo os quiero pedir disculpas por estas más de 1o semanas de ausencia, y también os quiero dar las gracias porque algunos me habéis escrito o dicho que por favor no deje de actualizar el blog. Esto de verdad que me hace sentir que no estoy solo en este rincón del mundo, y que hay gente pendiente de mi. Ya son 6 meses de vida Indochina, donde los momentos de soledad no han sido tantos gracias a muchos de vosotros.
Como es imposible contaros con detalle estas últimas semanas, os cuento algunas de las razones de mi ausencia.
Del 24 de Noviembre al 10 de Diciembre tuve una de las visitas más especiales, por ser la primera, y porque nos la debíamos. Chus y Arturo volaron casi desde La Adrada a Vietnam para estar dos semanas por acá. Fueron unos días muy especiales para mi.



Del 13 al 18 de Diciembre estuve de vacaciones con el amigo que me abrió las puertas a la pequeña colonia española en Vietnam; Samuel. Después de más de año y medio de vida Oriental trabajando para la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), ponía fin a esta etapa queriendo visitar uno de los lugares que había conocido por acá, y al que quería
volver: Luang Prabang, en el norte de Laos. Tuve la inmensa suerte que Samu quisiera que fuera su compañía en este su último viaje de su etapa, y la verdad que me llevó a una ciudad de las más bellas en las que he estado en mi vida.

Viví mis primeras Navidades en Hanoi, o lo que es lo mismo, en un país no católico, donde el 24 y 25 de Diciembre son prácticamente días normales... a no ser que vivas cerca de la catedral en Hanoi como vivo yo. Y gracias a un puñadito de españolitos, y unos turrones bien guardados, pudimos vivir una Navidad, aunque sí que fue diferente.

Como en este mundo globalizado se puede hacer de todo, pues tuve la oportunidad de pasar el 31 de Diciembre, Nochevieja, con los míos en Moratalaz. Disfruté de mi familia, del jamón serrano y del buen vino en cantidades insultantes.
Y como siempre intento, pasé el primer día del año en el campo. Fui a mi valle del Tiétar el 1 de enero de 2007, y me emocioné profundamente con el atardecer que tuve en Candeleda, en el mayor espectáculo de luz, color y sonido que se da en el en esta época; el dormidero de grullas del Rosarito. Desde luego fue un momento soñado muchas veces en Vietnam, y que tuve la dicha de tenerlo en los 11 días que estuve en España.
Y el año ha continuado en Hanoi con mucha actividad en el trabajo, y con el calendario de visitas repleto. Espero que lo podamos vivir juntos. Ya os iré contando.